Que se escape la orina en forma involuntaria, necesitar con urgencia y frecuentemente vaciar la vejiga, para algunos, es motivo de vergüenza, prefieren ocultarlo a familiares y amigos, antes que ir a la consulta del especialista. Pierden calidad de vida, se lesiona su autoestima, baja el rendimiento laboral, incluso hay quienes dejan de tener actividad sexual por temor a la pérdida de orina durante la relación.
El doctor Franzo Marruffo, cirujano urólogo de la Policlínica Metropolitana, Secretario General de la Sociedad Venezolana de Urología, explica que la incontinencia urinaria, según la International Continence Society (ICS), es cualquier pérdida involuntaria de orina que supone un problema social o higiénico.
“La incontinencia urinaria, señala, no es una enfermedad que pone en peligro la vida del paciente, pero deteriora significativamente su calidad de vida, debido a que reduce su autoestima y merma su autonomía. Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico. No es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se presenta en numerosas enfermedades. Es más común entre las mujeres, los niños (enuresis) y los ancianos, afectando a más del 15 por ciento de los mayores de 65 años no institucionalizados y al 35 por ciento de los ingresos en los hospitales”.
¿Por qué unos lo padecen y otros no?
Se presenta tanto en personas sanas como asociada a diferentes enfermedades. La incontinencia urinaria se produce cuando la presión dentro de la vejiga es superior a la presión en la uretra. Este trastorno puede deberse a una hiperactividad del músculo detrusor, capa muscular de la vejiga.
Agrega el especialista que entre las principales causas figuran: problemas o daños neurológicos, una alteración del esfínter externo y de los músculos del suelo pélvico. También está asociada al fallo del esfínter interno ante una relajación inapropiada o lesión orgánica, por lo que hay que evaluar para determinar la causa.
Tipos de incontinencia
Señala el doctor Marruffo, que existen varios tipos de incontinencia:
Incontinencia urinaria de esfuerzo: En la incontinencia de esfuerzo, la pérdida de orina se produce al realizar cualquier movimiento o actividad física. La risa, el estornudo, el deporte, cargar objetos pesados o el mero hecho de ponerse de pie o agacharse, puede provocar escapes de orina que van desde unas gotas hasta un chorro.
El origen de esta incontinencia, que afecta a más de un millón de mujeres, se encuentra en la uretra. El esfuerzo físico, aunque sea leve, provoca un aumento de la presión en el abdomen y en la vejiga, pero no se transmite a la uretra, lo que desencadena la incontinencia.
El embarazo y la edad provocan una pérdida de elasticidad y de tensión en el suelo pélvico, por lo que la vejiga y la uretra caen y sus mecanismos de continencia sólo son efectivos en reposo.Este tipo de incontinencia no está asociada a la necesidad de orinar.
Incontinencia urinaria de urgencia: Consiste en la pérdida involuntaria de orina asociada a una necesidad imperiosa y repentina de orinar. Por lo tanto, existe una consciencia previa. El origen se encuentra en el músculo detrusor. Se pueden distinguir dos tipos de incontinencia urinaria de urgencia, la sensitiva, provocada por un aumento de los impulsos sensitivos desde los receptores de tensión/presión que se encuentran en las paredes de la vejiga, que provoca una sensación temprana de plenitud y urgencia por orinar. La motora, en la que la pérdida de orina está motivada por una hiperactividad del detrusor, es decir, un fallo en la inhibición motora del reflejo de la micción. Está causada, principalmente, por mecanismos psíquicos, esfuerzos u obstrucción.
Incontinencia urinaria mixta: La pérdida de orina se produce por un hiperactividad del músculo detrusor y un trastorno en los mecanismos esfinterianos. En este caso, la incompetencia del cuello vesical permite la entrada de orina en la uretra proximal. Como consecuencia, el detrusor entiende que se ha iniciado la micción y libera el reflejo que produce su contracción.
Incontinencia urinaria por rebosamiento: La pérdida de orina se produce porque la vejiga se encuentra distendida por obstrucción e imposibilidad de vaciado. Se distinguen dos causas de incontinencia urinaria por rebosamiento:
Orgánica: En este caso la vejiga se encuentra distendida por una obstrucción que impide el paso de la orina y es incapaz de vaciarse. Cuando la vejiga ya no puede distenderse más, se produce el rebosamiento. Los tumores prostáticos y la hipertrofia benigna de próstata son las principales enfermedades que originan este tipo de incontinencia.
Neurológica: Un daño neurológico del núcleo parasimpático medular o del nervio pélvico provoca que el detrusor no tenga fuerza. Generalmente, surge por lesiones medulares, esclerosis múltiple o intervenciones quirúrgicas que afectan al nervio pélvico.
Incontinencia urinaria de causa psicógena: Está asociada a estímulos externos que afectan a los sentidos (frío o agua), a emociones fuertes y repentinas (miedo, angustia o placer) o a fobias y manías.
Incontinencia urinaria de causa neurológica: Engloba las alteraciones de la dinámica miccional que se originan en el sistema nervioso. En su desarrollo influyen los accidentes cerebrovasculares, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y las lesiones medulares.
¿Se puede prevenir?
Existen algunas medidas que pueden ayudar a retrasar la aparición de la incontinencia de orina así como prevenirla. Algunos de los consejos que pueden tener en cuenta son:
-Seguir una dieta equilibrada, como la mediterránea. Evitar el sobrepeso y la obesidad, de esta forma se reducirá la presión intra abdominal.
-Reducir el consumo de bebidas como el café, los refrescos y bebidas carbonatadas, el alcohol y los cítricos, entre otros.
-Evitar las comidas picantes.
-Aumentar el consumo de fibra para evitar el estreñimiento.
-Reducir el consumo de productos y medicamentos diuréticos, así tendrá menos ganas de orinar.
-Evitar beber entre cuatro y dos horas antes de irse a dormir.
-No pujar al orinar. De esta manera evitará que se dañen los músculos del suelo pélvico.
-No ingerir bebidas antes de realizar ejercicio físico.
Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos situados alrededor de la uretra y del suelo pélvico, cuando estos músculos están debilitados hay más probabilidades de que aparezca la incontinencia urinaria.
Estos ejercicios consisten en la realización de una serie de contracciones y relajaciones que se repiten a lo largo del día de forma constante.
Diagnóstico y tratamientos
El primer paso, explica el especialista es confirmar que se trata de una pérdida de orina totalmente involuntaria y objetivamente demostrable.
Para establecer un diagnóstico correcto, debe distinguir los factores externos y los de las vías urinarias que originan la incontinencia, por lo que será necesaria una exploración física minuciosa que incluya un examen de la sensibilidad perianal y estudios analíticos, radiológicos y urodinámicos.
El tratamiento dependerá del tipo de trastorno de la vejiga y su causa.
Entre los posibles tratamientos se encuentra, aprender a controlar la vejiga mediante entrenamiento, ejercicios que fortalecen los músculos de la pelvis (ejercicios Kegel), medicamentos, dispositivos tales como parches uretrales, tapones e implantes y en algunos casos, se recurre a la cirugía, colocando cinchas suburetrales.
Entrevista realizada por Beatriz Navas Chang
El doctor Franzo Marruffo, cirujano urólogo de la Policlínica Metropolitana, Secretario General de la Sociedad Venezolana de Urología, explica que la incontinencia urinaria, según la International Continence Society (ICS), es cualquier pérdida involuntaria de orina que supone un problema social o higiénico.
“La incontinencia urinaria, señala, no es una enfermedad que pone en peligro la vida del paciente, pero deteriora significativamente su calidad de vida, debido a que reduce su autoestima y merma su autonomía. Los escapes pueden producirse al estornudar, reír, realizar algún esfuerzo o ejercicio físico. Supone un problema higiénico, social y psíquico. No es una enfermedad en sí misma, sino la consecuencia de una alteración en la fase de llenado vesical que se presenta en numerosas enfermedades. Es más común entre las mujeres, los niños (enuresis) y los ancianos, afectando a más del 15 por ciento de los mayores de 65 años no institucionalizados y al 35 por ciento de los ingresos en los hospitales”.
¿Por qué unos lo padecen y otros no?
Se presenta tanto en personas sanas como asociada a diferentes enfermedades. La incontinencia urinaria se produce cuando la presión dentro de la vejiga es superior a la presión en la uretra. Este trastorno puede deberse a una hiperactividad del músculo detrusor, capa muscular de la vejiga.
Agrega el especialista que entre las principales causas figuran: problemas o daños neurológicos, una alteración del esfínter externo y de los músculos del suelo pélvico. También está asociada al fallo del esfínter interno ante una relajación inapropiada o lesión orgánica, por lo que hay que evaluar para determinar la causa.
Tipos de incontinencia
Señala el doctor Marruffo, que existen varios tipos de incontinencia:
Incontinencia urinaria de esfuerzo: En la incontinencia de esfuerzo, la pérdida de orina se produce al realizar cualquier movimiento o actividad física. La risa, el estornudo, el deporte, cargar objetos pesados o el mero hecho de ponerse de pie o agacharse, puede provocar escapes de orina que van desde unas gotas hasta un chorro.
El origen de esta incontinencia, que afecta a más de un millón de mujeres, se encuentra en la uretra. El esfuerzo físico, aunque sea leve, provoca un aumento de la presión en el abdomen y en la vejiga, pero no se transmite a la uretra, lo que desencadena la incontinencia.
El embarazo y la edad provocan una pérdida de elasticidad y de tensión en el suelo pélvico, por lo que la vejiga y la uretra caen y sus mecanismos de continencia sólo son efectivos en reposo.Este tipo de incontinencia no está asociada a la necesidad de orinar.
Incontinencia urinaria de urgencia: Consiste en la pérdida involuntaria de orina asociada a una necesidad imperiosa y repentina de orinar. Por lo tanto, existe una consciencia previa. El origen se encuentra en el músculo detrusor. Se pueden distinguir dos tipos de incontinencia urinaria de urgencia, la sensitiva, provocada por un aumento de los impulsos sensitivos desde los receptores de tensión/presión que se encuentran en las paredes de la vejiga, que provoca una sensación temprana de plenitud y urgencia por orinar. La motora, en la que la pérdida de orina está motivada por una hiperactividad del detrusor, es decir, un fallo en la inhibición motora del reflejo de la micción. Está causada, principalmente, por mecanismos psíquicos, esfuerzos u obstrucción.
Incontinencia urinaria mixta: La pérdida de orina se produce por un hiperactividad del músculo detrusor y un trastorno en los mecanismos esfinterianos. En este caso, la incompetencia del cuello vesical permite la entrada de orina en la uretra proximal. Como consecuencia, el detrusor entiende que se ha iniciado la micción y libera el reflejo que produce su contracción.
Incontinencia urinaria por rebosamiento: La pérdida de orina se produce porque la vejiga se encuentra distendida por obstrucción e imposibilidad de vaciado. Se distinguen dos causas de incontinencia urinaria por rebosamiento:
Orgánica: En este caso la vejiga se encuentra distendida por una obstrucción que impide el paso de la orina y es incapaz de vaciarse. Cuando la vejiga ya no puede distenderse más, se produce el rebosamiento. Los tumores prostáticos y la hipertrofia benigna de próstata son las principales enfermedades que originan este tipo de incontinencia.
Neurológica: Un daño neurológico del núcleo parasimpático medular o del nervio pélvico provoca que el detrusor no tenga fuerza. Generalmente, surge por lesiones medulares, esclerosis múltiple o intervenciones quirúrgicas que afectan al nervio pélvico.
Incontinencia urinaria de causa psicógena: Está asociada a estímulos externos que afectan a los sentidos (frío o agua), a emociones fuertes y repentinas (miedo, angustia o placer) o a fobias y manías.
Incontinencia urinaria de causa neurológica: Engloba las alteraciones de la dinámica miccional que se originan en el sistema nervioso. En su desarrollo influyen los accidentes cerebrovasculares, la esclerosis múltiple, la enfermedad de Parkinson y las lesiones medulares.
¿Se puede prevenir?
Existen algunas medidas que pueden ayudar a retrasar la aparición de la incontinencia de orina así como prevenirla. Algunos de los consejos que pueden tener en cuenta son:
-Seguir una dieta equilibrada, como la mediterránea. Evitar el sobrepeso y la obesidad, de esta forma se reducirá la presión intra abdominal.
-Reducir el consumo de bebidas como el café, los refrescos y bebidas carbonatadas, el alcohol y los cítricos, entre otros.
-Evitar las comidas picantes.
-Aumentar el consumo de fibra para evitar el estreñimiento.
-Reducir el consumo de productos y medicamentos diuréticos, así tendrá menos ganas de orinar.
-Evitar beber entre cuatro y dos horas antes de irse a dormir.
-No pujar al orinar. De esta manera evitará que se dañen los músculos del suelo pélvico.
-No ingerir bebidas antes de realizar ejercicio físico.
Los ejercicios de Kegel ayudan a fortalecer los músculos situados alrededor de la uretra y del suelo pélvico, cuando estos músculos están debilitados hay más probabilidades de que aparezca la incontinencia urinaria.
Estos ejercicios consisten en la realización de una serie de contracciones y relajaciones que se repiten a lo largo del día de forma constante.
Diagnóstico y tratamientos
El primer paso, explica el especialista es confirmar que se trata de una pérdida de orina totalmente involuntaria y objetivamente demostrable.
Para establecer un diagnóstico correcto, debe distinguir los factores externos y los de las vías urinarias que originan la incontinencia, por lo que será necesaria una exploración física minuciosa que incluya un examen de la sensibilidad perianal y estudios analíticos, radiológicos y urodinámicos.
El tratamiento dependerá del tipo de trastorno de la vejiga y su causa.
Entre los posibles tratamientos se encuentra, aprender a controlar la vejiga mediante entrenamiento, ejercicios que fortalecen los músculos de la pelvis (ejercicios Kegel), medicamentos, dispositivos tales como parches uretrales, tapones e implantes y en algunos casos, se recurre a la cirugía, colocando cinchas suburetrales.
Entrevista realizada por Beatriz Navas Chang
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